LIMPIEZA CON PUNTA DE DIAMANTE

Los que me leéis desde el principio sabéis que me gusta probar tratamientos de belleza. Hace unas semanas que hice el tratamiento facial que os voy a explicar y me he pensado mucho si escribir sobre él o no.

Que conste que no escribo este post en caliente. Tampoco voy a decir el nombre del centro dónde me lo hice porque no quiero hacerles publicidad, que ya sabemos que lo importante no es que hablen bien o mal de ti, sino que hablen. Sólo diré que son muy modernos y usan la letra k en lugar de la c ;)

Afortunadamente para mi, fui con un bono que había adquirido en una de estas empresas online que ofrecen descuentos y me costó bastante más barato de lo que en realidad cuesta porque sino me hubiera sentido estafada, engañada y de todo menos relajada.

Normalmente el ir a un centro de estética es la excusa para desconectar, relajarme y también cuidarme un poquito. Pero desde el momento en que llamé para pedir cita supe que el sitio no me iba a gustar.

Yo soy de las que piensan que hay que tratar como te gustaría que te tratasen a ti. Y eso vale para tiendas, centros comerciales, de estética o bancos. Da igual el tipo de negocio, pero tanto si voy a comprar como si yo soy la trabajadora, creo que todo el mundo se merece un respeto y que aunque uno no tenga un buen día no tienes por qué pagarlo con nadie.

Por eso cuando contestaron al teléfono con un "qué quieres" lo supe. Ilusa de mi, decidí darles otra oportunidad. Eso y que ya tenía el bono pagado, claro.

La oferta consistía en tres tratamientos faciales: una limpieza con punta de diamante, un peeling intensivo con una mascarilla de ácido hialurónico y una mascarilla calmante. Sobre el papel pintaba genial.

Una vez allí, reconocí a "la chica del teléfono" de inmediato por el tono de su voz y porque me dijo "y tú qué quieres" al entrar por la puerta. Ni buenos días, ni una sonrisa. ¿Realmente pido tanto? Le dije mi nombre y por qué estaba allí y me indicó que esperara. Al poco tiempo vino a buscarme y me dijo que me tumbara en la camilla. Una vez tumbada y tapada con una toalla, "amablemente" (nótese la retórica) me dijo que el bono se lo tenía que dar por adelantado. Ahí ya me tuve que morder la lengua. Porque si se me ha olvidado en mi casa me cobras el precio original y punto. Pero que lo hagas cuando ya estaba tumbada y tapada, haciéndome levantarme, vamos me pareció lo peor. 

Entonces empezó la música. Un chumba chumba horrible. Si hubiera sido rock me hubiera importado menos =) Pero ¿qué hay de los sonidos de la naturaleza? De los cantos de los pajaritos con flautas en el monte (que no las flautas tocadas por pajaritos, que eso sería super raro)  ¿Es que ya no se llevan? Vamos, que ahí no había quién se relajara. Más que en un centro de estética parecía que estaba en medio de Princesas de Barrio (con todo mis respetos a las chicas de barrio, que yo también soy de uno). Y más cuando la chica abrió la boca...

Casi mejor que se hubiera quedado calladita porque si hay algo que no soporto es que me intenten vender criticándome directamente. Al menos disimula, guapa. Así que empezó con el sabido "uy, qué mal tienes la piel. Tú alguna vez te has echado una crema, porque aquí tenemos buenísimas, pero deberías empezar a echarte ya. Uy, es que la tienes fataaaal".

Pues mira, sí que me echo cremas, de hecho llevo desde los 14 años desmaquillandome a diario mañana y noche y aplicándome cremas. Así que he probado unas cuantas.

Pero el acabose fue cuando me dijo que no sólo no le gustaba mi colonia sino que se estaba mareando, "porque los días de lluvia una no puede ponerse colonia". Que puntualizo, yo no uso colonia, uso perfume, de Thierry Mugler para ser exactos. Que cuando llegué a casa lo primero que hice fue acercarme a mi chico y preguntarle si olía bien, de lo sorprendida que me quedé. Evidentemente el problema no era mío, pero creo que era la primera vez en mi vida que me decían algo así.

A los 30 minutos de reloj me dijo que me quitaba la mascarilla y ya habíamos acabado. ¿¿¿Cóoooomo??? Debió ver mi cara de cabreo, ya que no pueden vender tres tratamientos y a ese precio y que durara tan poco. Como he dicho al principio, si me hubieran intentado cobrar lo que decían que costaba me hubiera sentido totalmente estafada. Total, que le debió dar algo de vergüenza y me dejó la mascarilla 20 minutos más.

El resultado fue una piel suave y bastante grasa durante unos días. Yo tengo la piel sensible y no me ha gustado la sensación que me dejó. Y es una pena, porque tenía ganas de probar el tratamiento pero está claro que no volveré a ese sitio.

¿HABÉIS PROBADO ESTE TIPO DE TRATAMIENTOS?